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- 25/03/15
El dramático rescate de un perro que estuvo 10 días perdido
La Plata
"Pompi" es un cocker ciego de 15 años que se escapó de su casa. No supieron nada de él hasta que ayer un vecino escuchó de casualidad sus ladridos en una boca pluvial. Defensa Civil y Bomberos trabajó cinco horas para poder sacarlo. Mirá el video.
Después de casi 10 días, las chances de ver a "Pompi" con vida parecían desvanecerse en el ánimo de sus dueños. El cocker, de 15 años, ciego y viejo, quedaba en el recuerdo de la familia del barrio San Carlos, en La Plata, que lo había criado y había convivido con él. Hasta que, una tarde calurosa de marzo, el perro decidió iniciar una aventura aprovechando el descuido de un portón entreabierto.
Ese parecía el final de la historia. Pero hubo una secuencia de situaciones casi milagrosas que convirtieron esta novela triste en un milagro. En la mañana gris del feriado, un vecino que caminaba por la avenida Circunvalación, justo en 49 y 131, escuchó los aullidos de Pompi, tal vez sus últimos esfuerzos por sobrevivir.
Estaba en el fondo de una boca de registro pluvial, temblando de frío y hambriento. A partir de la notificación de su aparición, comenzó un enorme despliegue vecinal y solidario para rescatar al animalito del fondo de ese hueco y para regresarlo a su hogar.
Cinco horas demandó el operativo. Al lugar llegaron dos móviles de Defensa Civil de la Municipalidad, una dotación de bomberos de Los Hornos, una retroexcavadora, un patrullero, un camión hidrante y decenas de curiosos que aportaban ideas. Algunas impracticables. Otras algo más racionales.
"Se armó un aparejo improvisado con maderas y cadenas que trajeron los vecinos", contó a Clarín un funcionario de Defensa Civil. "Así pudimos poner al perro en ese elemento de rescate y llevarlo a la superficie. Estaba a más de 15 metros de profundidad", explicó el agente.
Después del rescate, llegó el clásico reencuentro emotivo con sus dueños, las lágrimas de los chicos (y no tan chicos) que conviven con Pompi y el traslado hasta una veterinaria del barrio. Ahora el cocker se recupera y los profesionales intentan estabilizarlo. Tal vez esta tarde vuelva a su casa de 47 y 134, en San Carlos. Como los animales tienen afinado instinto de supervivencia, es probable que Pompi nunca más asome su cabeza en la hendija de una puerta entreabierta.
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